Mermelada de Melón

El aroma de la mermelada de melón cocinándose en nuestra cocina es riquísimo. Es muy dulce y a la vez fresco, concentrado y a muchos nos hace agua la boca.

Vivo en una zona donde el melón y la sandía son cultivos que no faltan en el verano. En las veredas de las verdulerias lucen en grandes canastos. Sobre la ruta, camino al rio es común encontrar entre 5 o 10, o a veces más, puestos que ofrecen melones rocío de miel o sanjuaninos y unas enormes sandías.

En casa, durante el verano, son un postre clásico e infaltable. Además los suelo usar para otras preparaciones como licuados, jugos, dulces. También en ocasiones, en reuniones con amigos no falta el preparado de una dulce melancía: vino blanco o gancia, azúcar, sprite y mucho hielo dentro del melón que nos sirve como un gran vaso. 

Pero algo que siempre hago en los veranos es mi mermelada de melón, ya un clásico que desaparece en pocas horas y no da tiempo a conservación.

Pues bien, la receta es muy simple. Primero separo todas las semillas (ideales para manualidades una vez secas). Luego trozo el melón en pequeños cubos, los coloco en una cacerola con sólo una taza de azúcar y lo pongo al fuego mínimo durante aprox. 40' o bien hasta que se deshaga un poco la fruta. No es necesario aumentar agua a no ser que hagamos una jalea, pues el melón tiene muchísima.

El azúcar muchas veces depende del dulzor del melón. En nuestra zona suelen ser muy dulces por eso más que una taza no le agrego. Si ven la foto anterior, se nota claramente el liquido que larga el melón por eso no es necesario colocar agua.

La consistencia lograda es ideal también para rellenar tartas o  alfajores y obviamente para saborear sólo a cuchara.